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jueves, 7 de junio de 2012

Crónica del Primavera Sound'12: Sábado (02/06)




Dejando a un lado la sensación de que en esta edición faltó en el Primavera Sound algo más de riesgo (al margen de las bandas de metal, el resto de las apuestas se anunciaban como cheques al portador), lo cierto es que pocas cosas se pueden reprochar al desarrollo de un festival que encontró en su último día un desenlace brillante. Los grandes respondieron (Beach House, Yo la Tengo, Atlas Sound...), Saint Etienne suplió con nota la baja de Bjork en el San Miguel y Grupo de Expertos y Lisabö se revelaron como los grandes triunfadores del apartado nacional.

Precisamente estos dos últimos grupos mencionados abrieron mi jornada festivalera. Un poco más allá de las siete de la tarde, Lisabö empezó en el Ray-ban un recital de lo que debe exhibir una banda de hardcore, post-hardcore o como se le quiera llamar. Quizás su propuesta se termine agotando un poco tras 45' de concierto, pero con tanto derroche de sudor y músculo, se les perdonan los matices.

Grupo de Expertos Solynieve mantuvieron las buenas noticias estatales con un directo precioso. Arrancaron hedonistas, dividiéndose entre el recuerdo a 'Alegato Meridional' (2006) y la presentación del 'Eje de la Tierra' (2012), y terminaron trascendentales, con un precioso homenaje a Pedro San Martín ('Calles y avenidas') seguido de 'Tú, misionero de Dios' (su mejor canción, seguro), que terminó de emocionar a los presentes.

A la carrera llegamos a Atlas Sound, con el tiempo justo para constatar que Bradford Cox ha puesto a su proyecto personal en la misma liga que Deerhunter. Balaceándose entre su vertiente crooner y su personal rock espacial, el de Atlanta dejó tras de sí un aroma de genialidad complicado de igualar en la música contemporánea.




En ese olimpo del siglo XXI, junto a Cox y otros pocos escogidos ocupan lugar preferente Beach House. Su concierto era de los marcados en rojo, y lo cierto es que fue increíble, sin duda el mejor momento de esta edición. Desde el primer acorde de 'Wild' se pudo apreciar que los de Baltimore aprovechan el directo para prolongar y potenciar su atmósfera de belleza y melancolía. Apoyándose en los recientes 'Bloom' (2010) y 'Teen Dream' (quizás se echó de menos un mayor recuerdo a 'Devotion'), forjaron un viaje perfecto por su imaginario. Y es que tan sólo hacía falta observar los rostros del público (la mayoría dejando escapar una lagrimilla furtiva) para apreciar la ascendencia imparable de Beach House. 

Tras volver a la realidad, tocó hacer un rápido recorrido por las propuestas de las once de la noche. Comencé viendo un poco de Shellac, incansables, realmente icónicos. Luego seguí con Chromatics, que revalidaron lo presagiado en su excelente 'Kill for Love' (2012); han crecido estilísticamente y de paso han aumentado tirón popular (aspecto en el que influye decisivamente la estética Drive), y terminé en Saint Etienne. Con una elegancia pasmosa, sorprende cómo construyen rompepistas con un gin-tonic en la mano. No era muy seguidor del grupo, me conquistaron.

Después llegó el momento Yo la Tengo. El sonido fue muy irregular (qué rabia), y a ellos quizás les faltó más concreción. Pero seguían siendo Yo la Tengo, y en momentos como 'Here to Fall' o 'Nothing to hide' se pudo apreciar su grandeza.

Nunca le encontré la gracia a la macarrería low-cost de Justice. Decidí ir a The Pop Group, y tras salir de allí escaldado (demasiado avant-garde para mi cerebro; eso sí, 'Y' mola) me arrastré antes de la despedida definitiva hasta Washed Out, que estuvieron bastante bien, con un set-list eficazmente distribuído, algo de agradecer tras infinitas horas de conciertos. 


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